sábado, 8 de agosto de 2015

7.- BENEFICIADO EN LA BASILICA DEL PILAR. 1974, HASTA SU FALLECIMIENTO EN 1990

Don Pedro Cantero Cuadrado, Arzobispo de Zaragoza, le conmutó el Beneficio que conservaba de San Miguel. "Acompañado de mi sobrina Socorro López Medel, me instalé por generosidad del Excmo. Cabildo 19 Metropolitano, en el edificio de su propiedad, calle de Jardiel, 3, hasta que Dios quiera" . Su manuscrito termina así:

"Cuando termino de escribir estas líneas...nuevo acontecimiento diocesano nos depara la Providencia, que nos manda como arzobispo titular al Excmo. y Rvdmo. Sr. Don Elías Yanes, ex secretario General de la Conferencia Episcopal Española, durante varios años. Dominun conservet Eun Amen".

Era el día 10 de julio de 1977. Ahí terminó su "diario". Dándole la bienvenida. La homilía de Monseñor Yanes -dentro de la sobriedad que le caracteriza- con ocasión del fallecimiento de mosén Jesús, reveló el afecto y recíproca estima. (LD, págs. 86 y ss.: "Es una llamada del Señor").

Esa etapa de mosén Jesús -1974-1990- -, fue vivida a los pies de la Virgen del Pilar. Una periodista, Nieves San Martín, le calificó de "mendigo de la Virgen, por cobijarse, pisar, celebrar, confesar ...junto al Pilar". Le asignaron el confesionario número 7, frente a la Piedra de la Virgen. No todos los que pasaban por aquélla, se acercaban a besarla. Pero por todos ellos rezaba. Y en no pocos casos, luego volvían y se acercaban a confesarse. Además de cumplir con los oficios del Cabildo, como Beneficiado, que no faltó nunca mientras podía. La confesión era el lugar preferido, con la oración y el breviario. Como si fuera la preparación para la primera Eucaristía. Litúrgicamente estimulante. (Incluso, como cuenta la religiosa escolapia, M. Asunción Arija, en la última misa que celebró por la mañana, el mismo día de su fallecimiento, en la capilla de Santiago, mientras pudo asistir a los retiros de la Hermandad Sacerdotal).

Los fieles de las parroquias que había tenido, continuaban con su confesión, dirección espiritual o relación sacerdotal. Preocupación por sus familias. Ayudaba y gestionaba necesidades y trabajos. Varios miembros del Cabildo se confesaban con él. Y algunos obispos de otras diócesis, eran aconsejados, si lo pedían, sobre la confesión con mosén Jesús. No dejó nunca de celebrar. Si estaba enfermo, lo hacía con algún otro sacerdote de la Calle de Jardiel. Entre ellos, don Alejandro López. Se llevaban bien. Atenciones especiales fueron los "Infanticos" del Pilar. Tenía atenciones con ellos como si fueran "sus monaguillos". Conectaba con sus familiares y algunos le confiaban sus necesidades o problemas.

Seguía al tanto de revistas católicas, y libros de actualidad religiosa. El índice de libros en la Biblioteca-despacho nos daría una expresión por su preocupación intelectua l y preparación que le aconsejara el P. Inieva. De sus cuadros, con todos los Papas, y San Bruno, el pedestal con el Corazón de Jesús, la Virgen del Pilar, Santísimo Misterio. Fotografías familiares. Había dado la comunión a la mayor parte de 20 mis hijos. Cultivaba las relaciones con familias, de sus antiguas parroquias. Visitaba a los enfermos. Fue operado por tercera vez de hernia, en San Juan de Dios. Se hacía fuerte ante el dolor. Dos años antes de fallecer fue operado de próstata en el Clínica Quirón. La Jefa de Enfermería era Carmen Marcel, dirigida suya. Comida a sus horas. Con vigilancia por la naciente diabetes. Los últimos meses ya padecía artritis y lumbalgia. Dejó de celebrar en la capilla de la Virgen, pero no el confesionario .

Nueve días antes de su fallecimiento, acaba de visitar a Sor Trinidad, dominica, dirigida suya en el Monasterio de SantaInés. Al llegar a la parada de autobuses --como ya anticipamos--, se encontró con varias dominicas de Daroca, y con la Hna. Cecilia, de Santa Ana. Le dio un infarto cerebral. Pensaba acompañar, en la Clínica Montpellier, a la madre de Josefina Ferrer. Apenas pudo balbucear y rogar que lo hicieran ellas en su nombre. En el coche de una doctora de la Clínica, fue llevada al hoy "Miguel' Servet". Sin hablar, sin apenas tomar alimento. Le vendaron los pies. Apenas podía sonreír. Le pusimos enfrente una pintura del Santísimo Misterio. Y su mirada estaba fija en él. Entre el cuadro médico, una enfermera, María Justa, dirigida suya. Doce de abril de 1990. Eran las cinco de la tarde. Jueves Santo Sacerdotal. Había tenido la asistencia espiritual de los capellanes don Angel y don Joaquín. Ya en 1982, quiso hacer testamento civil abierto. Sor María Lucía Rodrigo, dominica de Daroca, le pudo ver el Martes Santo anterior (V. LD, pág. 225).

En el momento de su fallecimiento, estaba nuestra hija María Angeles, que espontáneamente nos dijo: "El tío Jesús acaba de subir al cielo en bicicleta" . Revestido como él ordenó, con su querida sotana, alba y estola morada o negra, desde entonces, el que suscribe y su familia, y muchos de quienes le trataron y conocieron, lo hemos tenido como santo. Y no hemos dejado de encomendarnos a él. Y recibido gracias. Si es para gloria de Dios y bien de las almas, suplicamos se inicie la Causa de su Beatificación. Laus Deo.

Madrid, para Zaragoza, veintinueve de enero (San Valero) de dos mil nueve. /

EXCMO. Y RVDMO. SR. ARZOBISPO DE ZARAGOZA .

6.- PARENTESIS TEMPORAL EN MADRID

El 25 de febrero de 1962, falleció la tía Juana, en Hijar (Teruel), que la había asistido en los doce años de coadjutor en San Miguel. Escribe (LD, pág. 54):

"Al quedarme sólo y enfermo, me veo obligado y propongo al Arzobispo, Rvmdo. Dr. Morcillo, marchar a Madrid, con mis hermanos Manolo y Patrocinio". A los cuales, por su edad, y enfermedades, se habían asentado en Madrid, con mi hermana Socorrito. De esta hermana, primero estuvieron en la calle de Batalla de Brunete, y luego en el Paseo de las Delicias.

6.1 Parroquia de San Ginés

Durante los dos primeros años estuvo adscrito a la Parroquia de San Ginés, en la calle de Arenal, cerca de la Puerta del Sol. "Mi lema - como luego diría también para la ulterior de San Sebastián, de la calle de Atocha --, era igual que en Zaragoza, obediencia a mi párroco, lealtad a los compañeros en el sacerdocio y celo por las almas en varias actividades apostólicas y principalmente en el confesionario ...Labor silenciosa, pero grata a Dios y provechosa a las almas".

Y lo cumplió, con alguna nota singular. En esta parroquia de San Ginés, tuvo la oportunidad, a través del confesionario, de conocer a no pocos fieles. Pero entre ellos a la Auxiliar Parroquial, la Hna. Rosario Redondo. Lo que le permitió, a su vez, ensanchar en esta institución el campo del confesionario, para la dirección espiritual. Además, muchas veces, pasaban por la ciudad de Daroca, con el acicate de cuidar la Basílica y su Santísimo Misterio. En el testimonio actua l, la Hna. Rosario me daba la relación de varias de ellas, Hnas. Auxiliares Parroquia les de toda España. La Hna. Antonia Cano ya lo hizo entonces (LD, pág. 231) : "Todo el mundo es bueno: su caridad...no hablaba mal de nadie...Un santo sacerdote" , lo que se reitera en otro testimonio de 2008).

6.2 Parroquia de San Sebastián

Desde 1964 a 1974, estuvo destinado en esta Parroquia, de la calle de Atocha, con esquina a la del mismo nombre, en Madrid. Con parecida actividad apostólica, en la confesión, dirección espiritual, visita a enfermos, relación con las familias, y con las religiosas Auxiliares Parroquiales, que se iban estableciendo en Madrid. Recibió algún premio de cofradías. Tenía larga fila en el confesionario. Esto le llevó a casar a una pareja -durante años- que eran conocidos de mosén Jesús. Este salió a buscar novio a la acera -un veterinario militar que había sido condenado a muerte, y luego indultado. Fue un regalo, pastoralmente inesperado, pero muy gozoso.

Estaba muy conjuntado con el Párroco, don Pedro, y los demás coadjutores. A aquél le gestionó que fuese a predicar un día del Corpus en Daroca (Cosa, por cierto, que- nunca pidió para él, aunque en el fondo lo deseara. Un acto más de humildad, que le compensaba por acompañar cerca a los Sagrados Corporales).

De estos años en Madrid, recuerdo dos operaciones de hernia, difíciles, en el Sa natorio del Clero. Su salud empezaba a declinar. El dolor empezaba a mortificarle. Y veía la temporalidad de su acción pastoral en Madrid. Nosotros asistíamos, cuando podíamos. No perdió un ápice de su espíritu sacerdotal, de su oración, de la celebración de la Santa Misa, con precisión litúrgica. Nosotros le llevábamos a algún partido de fútbol a ver el Real Madrid.Iba con su sota na, y en la grada se quitaba la teja. Había jugado al fútbol con los seminaristas, especialmente con los de Bello y su comarca, cuando se metía el balón entre la sotana y alcanzaba así la portería : igol!. Seguía haciendo favores a familias necesitadas. Y nosotros, situados profesionalmente, hicimos las recomendaciones y colocaciones precisas en cada caso.

Al fallecer mis padres en Madrid, 1967 y 1971, con mi hermana Socorro pudo resolver su situación eclesial y doméstica.

5.- REMANSO ESPIRITUAL Y DIRECCION VOCACIONAL

5.1. Coad jutor de la Parroquia de San Miguel de los Navarros (Zaragoza)

En 1950, fue trasladado a Zaragoza, en donde podía ser atendido por su tía Juana, ama de llaves de la marquesa de Montemuzo. A los cincuenta y cuatro años de edad, y veintisiete de sacerdote, esta etapa la he calificado de "remanso", después del torrente y embalse espiritual en anteriores parroquias. Con ausencia de su madre, seguía el ritmo normal de su vida sacerdotal: madrugar a las seis de la mañana, breviario, misa, confesión, catequesis, enfermos y pobres, preparación de homilías, comunicación con los fieles, etc. (Andando el tiempo, le sustituiría, también como coadjutor, don Fernando Bello, que lo había tenido de monaguillo en Bello, y fallecido recientemente).

Vivía mosén Jesús, en la calle de Espoz y Mina, con una escalera difícil, para los dos. Se trasladaron, luego a la calle Reconquista, cercana a la parroquia. Es coadjutor, y dice él mismo: "para trabajar al lado de su santo párroco, muy Rvd. Don Luis Doñate...y del virtuoso coadjutor y competente profesor del Seminario, don David Aznar".

Con tales adjetivaciones, expresaba su comprensión, su tarea de servicio y compenetración. No tiene las responsabilidades del párroco, que anteriormente había ejercido. Hizo todo lo que la parroquia necesitaba de él. Destaca que "fueron 12 años de intensa espiritualidad de la Parroquia" . De lo que no se privó, sino que se incrementó fue precisamente la confesión. Con otro tipo de fieles, ya en el mundo urbano, con una adaptación apostólica equilibrada dada su gran experiencia como cura rural.

A mediados de esa fase, comienzan .los preparativos del Concilio Vaticano II. Mosén Jesús lo encajó muy bien, con don Casimiro Morcillo, arzobispo entonces de Zaragoza. En los cambios, especialmente litúrgicos y teológicos que laIglesia iba a tener, fue un fiel servidor de aquéllo. Lo aceptó equilibradamente. Al culto litúrgico, que era admirado por muchos fieles, fue adaptándose, sin dificultad. Y dándole siempre el sentido de lo sagrado y lo reverente. No aceptaba críticas a los Pastores, ni a la Iglesia. Cambiaba la conversación crítica, con ironías o bromas. O con su ejemplar silencio.

Por otra parte, siguió siendo un lector de libros y de revistas católicas. Con buena pluma y argumentación. Sin blasonar de nada.

Estas circunstancias le acompañaron hasta el final de sus días. Fue sobre todo conciliador y armónico en problemas de matrimonios e hijos. En el escenario urbano y ambiental de personas y problemas, fue una prueba y estímulo de seguimiento y entrega a familias, problemas vocacionales. (V. el testimonio de la familia Calvo Sanz, 2009). De sacerdote rural a coadjutor de parroquia urbana.

5.2. El centro aragonés de Acción Católica Femenina.

En la calle de Zurita, que confluía con la parroquia de San Miguel de los Navarros -joya del mudéjar- estaba la sede de la Acción Católica, que tenía una vitalidad extraordinaria Sus líderes propagandistas, en su gran parte, pasaron por la dirección espiritual o confesión u orientación vocacional de mosén Jesús. Aunque más independiente destacaba la personalidad de Teresa Ortega, quien luego de "conseguir" que Sor Teresita del Niño Jesús, Sor María Asunción y Sor MaríaInés -las tres dominicas de Daroca-fuesen a renovar el Monasterio "Madre de Dios" de MM. Dominicas, de Olmedo (Valladolid). Más tarde Teresa Ortega pasó a las Jerónimas, en Sevilla, siendo priora la duquesa delInfantado. Ella misma solía decir que para aprender a obedecer. Fallecida Sor Teresita del Niño Jesús, hoy Venerable, decidió pasar a Olmedo. Allí se encontraría con jóvenes de la A.C.F. de su grupo, entre ellas las hermanas Bravo, Sor Maria Gloria de Jesús -que sería luego Priora en el convento de "Madre de Dios" de Taiwan, y a la que conocimos y visitamos hace años. Esta última se dirigía con mosén Jesús, en Zaragoza. (No ha podido testimoniar ahora, por su salud, pero supe personalmente de la estimación por aquél. Hoy, reza por este proceso sobre mosén Jesús, (v. tarjetón procedente de Taiwan, 2008). Tuvo y tiene una hondura espiritual y mística excepcional. Y un gran agradecimiento a mosén Jesús.

Pero de este grupo de la A.C.F., que no optaron por Olmedo, resalto, entre otras, a Guadalupe Tejero y Sor Lourdes Buil, ambas participantes en el LD (págs. 139-142 y 149-155). La primera falleció posteriormente en olor de santidad. La segunda ha reiterado expresivamente su testimonio, en 2009, de una profanidad difícil de superar, en atención además al tiempo transcurrido, y a sus diferentes trabajos, en la Congregación de las Carmelitas Misioneras Teresianas, desde Chile a Roma.

Todos . estos testimonios resaltan, respecto a mosén Jesús, su "dignidad sacerdotal", su fidelidad, sus dotes extraordinarias sacerdotales que dan confianza para que se puedan saborear y valorar mejor. De ese grupo, además, brotaron otras direcciones espirituales y vocacionales.

Y es una nota muy singular la preocupación por la perseverancia y continuidad en las vocaciones. De ahí, su persistente relación, que se observa en muchos testimonios, como el de Sor Margarita Ramiro, O.P. (LD, págs. 226-228, y testimonio de 2008). Y detalles: los "sobres sorpresa", para el día de los SantosInocentes, para cada una de las monjas; detalles personales, como donaciones de libros, rosarios, estampas; o enviarles un resumen de sus propios ejercicios espirituales de 1926, y 1927, cuando era subdiácono y diácono, respectivamente, que encomendó a Sor Encarnación y Sor Lourdes (se acompañan sus testimonios, 2008).

5.3. Las "escolanas" del Colegio de Santa Ana

Cercano también a la parroquia de San Miguel, se encontraba, en el Coso bajo, el Colegio de Santa Ana. Allí existía un grupo "cualificado" de "escolanitas" alumnas, que se integraban en la "Escuela Apostólica". Funcionó de 1953 a 1969. Su historia está reflejada en la participación en el acto en "Calibo", en el año 1991, en particular de la Hna. Pérez Modrego (LD págs. 143-148).

La misión de mosén Jesús, en aquella escuela apostólica que despertío gran interés en Zaragoza, era la confesión sacramental y la dirección espiritual de jóvenes. "Era el sacerdote idóneo. Dejaba el buen olor de Cristo. Era un sacerdote al cien por cien. Oración y contemplación". Impronta personalísima. Las quería como verdadero Padre espiritual". Es otro documento excepcional aportado por la superiora, Hna. Pérez Modrego.

lCuántas vocaciones surgieron?. Cuántas direcciones espirituales fueron válidas para otras congregaciones, y también para la vida matrimonial cristiana?. Esa tarea apostólica estuvo en el corazón de mosén Jesús. Ni él mismo podría suponer la sospecha inmensa que las "escolanitas" rindieron. Ellas le premiaban con oraciones, plegarias, misas, bendiciones (v. LD, pág. 148). Quedan pocas religiosas sobrevivientes. Pero les consta a la M. General y a la M. Superiora Provincial, de la congregación de Santa Ana, el papel de mosén Jesús, en la Escuela Apostólica. Fue signo providencial, que en el momento --2-4-1990-- del infarto cerebral, al pie de la parada de autobús, en la vía de la Hispanidad, saliendo del Monasterio entonces de Santa Inés, hoy de Santa María del Pilar, cayera en brazos de monjas dominicas de Daroca y de la Hna. Cecilia, quien le acompañaría a la Residencia, hoy de Miguel Servet, hasta morir, y que ha prestado testimonio posterior. Mosén Jesús, que había sido educado en su niñez en el colegio de Santa Ana, de Daroca. Su destino a Madrid, en 1962 le impidió continuar en esta tarea. Cuando más adelante regresara, disfrutaba al saludar a muchas, ya religiosas, y escuchar sus confesiones, en la basílica del Pilar.

5.4. Atenciones pastorales a las familias

Fueron muchas personas, adscritas a la parroquia de San Miguel, las que se confesaban con mosén Jesús, o fueron dirigidas espiritualmente por él. De todas las clases. Las había procedentes del servicio doméstico, universitarias, o hijos o padres de familia adineradas que por aquellas zona residían. (La religiosa dominica, María Nieves Báscones Mediavilla nos ha aportado algún dato sobre la bendición de la casa de don Julio Galán, acto que practicó en todo su ministerio. Con entronización del Corazón de Jesús, o de la Virgen del Pilar. Allí, como impresión de mosén Jesús, al conocerlo, recuerda la cita de Teresita de Lisieux, y la hace suya : "bastaba para mirarle/ para ver cómo rezan los santos" . Testimonio 2008).

Testimonio de otra familia es el que figura, entre otros, el de la familia Calvo Sanz, de Biota (Zaragoza) (LD, págs. 246-247), y el de Angel Pardillos (LD, págs. 253-254). Y otros varios que figuran en el LD, como el del sacerdote, don Faustino Arnal, operario diocesano (LD, pág. 206), y luego director de los Seminarios de Alcorisa y Tarragona; o el del sacerdote don José Solans. (LD, págs. 208- 209).

El mismo mosén Jesús, en su manuscrito curriculum, nos habla de su intensa actividad espiritual, en las MM. Concepcionistas, la Caridad, MM. Escolapias, PP. Escolapios, con abundantes signos manifiestos de vocaciones. Visitaba la mayor parte de religiosas contemplativas de Zaragoza, pues él mismo, en el fondo, lo era. Sabemos especialmente de las Clarisas, afincadas en la parroquia. (Nos consta que eran no pocas las escolanas de Santa Ana que les solicitaban cilicios).

5.5. La Cartuja de Aula Dei

Personalmente, creo que se puede entrever que arreció esta nueva perspectiva a raíz del impacto cuando iba conociendo el martirio de sus compañeros pastorales de Torre de Arcas. Pero decidía postergar tal decisión mientras viviera su madre, quien tanto se había sacrificado por su hijo sacerdote. Pero anualmente los ejercicios espirituales los hacía en la Cartuja de Aula Dei, de Zaragoza.

Hacia 1955, tomó la decisión. No llega ron a quince días los que pudo resistir. De los ejercicios espirituales temporales salía "hecho un santo", nos decían. Pero, físicamente, el poco dormir, el frío, la comida, el trabajo manual, pudieron con él. Llegó muy enfermo a casa de la tía Juana. Repuesto, aun nos pudo acompañar a mis padres y hermanas en un coche a la villa de Ajo (Santander), par dar la bendición de nuestro matrimonio con mi esposa Ana María Báscones, a la que tanto llegó a querer, en toda su vida. Dos años vino a Santander a bendecir a nuestros primeros hijos, con estancia de varios días -sólo a mí me los confió- para volver a probar en el Monasterio de Cóbreces, de Santander.

También probaría en el Monasterio de Santa María de Huerta (Soria). Quería, en definitiva, una plenitud espiritual, que el abad del Monasterio de la Oliva, Mariano Crespo, expuso en su testimonio (LD, pág. 205) : "quiso ser monje. Fue sacerdote secular por fuera y monje por dentro...EI Señor lo quería para otras faenas. Y así fue" .

Fue un contemplativo hasta el final, . La obra de Raymod, "La familia que alcanzó a Cristo", la tenía a mano en su mesa escritorio, . Era uno de tantos obsequios en libros, que solía hacer -con estampas o caramelos- a las personas que se dirigían con él, niños o "escolanas".

4.- EL EMBALSE ESPIRITUAL Y SACERDOTAL: BELLO (TERUEL}) LAS CUERLAS (ZARAGOZA) Y HUESA DEL COMUN (TERUEL)

Con su lozanía sacerdotal, ímpetu, cordura, valentía, entrega a los demás, etc., se había almacenado el "torrente" espiritual de Luesma Y Torre de Arcas, en las circunstancias descritas en el orden eclesial, en la obra, ya citada, "El Seminario de Zaragoza siglo XX" (en su página 64, se relata la manifestación y riesgo de asalto al Seminario, en un primero de mayo).

4.1. Parroquia de Bello

Cuando en 1934, se convoca concurso de curatos, mosén Jesús va a Zaragoza a dejar su opción "a la voluntad del Sr. Arzobispo". Pero él mismo, en su curriculum manuscrito, confiesa que, pese a cuanto estaba pasando, en Torre de Arcas, "la Providencia velaba por nosotros" . (Un sacerdote de Villar de los Navarros, y cercano a la curia ya se había interesado para que fuese a su pueblo natal). En un encuentro casual en el palacio arzobispal, con su director espiritual, don Andrés Vicente, éste, al saber de su petición de destino, y haber quedado vacante la parroquia de su pueblo Bello (Teruel), debió de interesarse... Pues lo cierto es que en agosto de 1934 tomó posesión, de aquella parroquia, hasta agosto de 1943.

En los primeros días siguientes al Alzamiento, las tropas republicanas estaban cercanas a Calamocha, por varios puntos -Rudilla y Ojos Negros. Luego, se consolidó el frente. Fue distinta la vida pastoral de 1934 a 1936: Bello era un pueblo católico, de raigambre carlista. De ahí salieron el cardenal Marco de Bello, enterrado en Roma, y el General carlista de idéntico apellido. Tenía asignado el municipio de Las Cuerlas (Zaragoza). Sin complicaciones políticas. Con una casa parroquial amplia, y una ermita anexa. Lindando con la laguna de Gallocanta. Con buenos servicios de luz, agua de pozo. Médico, veterinario y farmacéutico. De la "Tebaida", de Torre de Arcas, pasaría -diríamos- a "Emaús". Catequesis numerosa, con cámara de cine. Bibliotecas. Misiones extraordinarias por los PP. Redentoristas, entre nuestro pariente, P. Perisé, rector muchos años en Zaragoza y Santander. Limosnas a los pobres. A su madre, alguna vez, le preocupaba su desprendimiento material. Confesiones abundantes. Primeras comuniones. Visitas a enfermos y matrimonios.

Mosén Jesús lo relata ampliamente. Nosotros vivimos una buena parte de este tiempo en Bello, en las vacaciones del curso, llenándome de emoción el recordar estos años. Pido disculpas por ser lo más escueto posible. Aunque con ello no se traduzca la hondura de esa magna entrega sacerdotal, y el ca udal de lo que hemos llamado "embalse" espiritual. Los testigos de entonces y de hoy, ayudarán a comprenderlo. El mismo mosén Jesús divide en tres sus etapas: la primera, antes de la Guerra Civil (LD, pág. 52) : "normal...y principio de vocaciones religiosas y sacerdotales entre monaguillos" . Describe igualmente el rapto del cuadro del Corazón de Jesús, que fue llevado a los calabozos. Amotinado el pueblo de Bello, fue sacado contra la voluntad del Alcalde, y llevado a la casa parroquial. El Secretario fue detenido y llevado a Calamocha, pero el capitán, ante la defensa que hizo el pueblo amotinado en la casa parroquial, lo dejó en libertad. Era en los primeros meses de 1936. El Corazón de Jesús recibió culto hasta septiembre de dicho año, en que fue devuelto, de forma entusiasta, al Ayuntamiento. Prohibiciones del régimen republicano, amenazas, supresión de procesiones y romerías, multas que nunca llegaron a pagar. Respondiendo el pueblo maravillosamente. (Ese episodio lo trata en su testimonio de 2009, el que entonces era uno de los monaguillos y hoy destacado profesor Mariano Barrado).

Iniciada la contienda, su tarea pastoral se vio incrementada por tener que ocuparse, además de la parroquia de Las Cuerlas, de las de Odón, y Torralba de los Sisones, y "como pude, volando como el viento...en bicicleta". (Lo hacía con su sotana y teja. Si yo le acompañaba, me llevaba en manillar, con una almohadilla. El las fiestas, acompañaba, en las carreras de bicicletas, a los mozos).

Le afectaron las noticias de los sucesivos fusilamientos de sacerdotes de la comarca de Alcañiz-Monroyo-Torre de Arcas, a muchos de los cuales había acompañado, en sus tareas apostólicas. No los olvidó en la oración y los tenía anotados en su Breviario.

De los testimonios, subrayo el de don Vicente del Val, quien era entonces seminarista en Odón (LD, págs. 125-132), el del catedrático y sacerdote don Pascual Martínez Calvo (LD, págs. 210-211), el de la que era una niña de catecismo luego con vocación religiosa, Conchita Garrido, que han sido corroborados y ampliados. Confirman que, en alguna medida, tenía acaso en la parroquia el mayor número de monaguillos y de vocaciones para el Seminario. (V. también el testimonio de sus dirigidas religiosas, Marta de Jesús, mercedaria, Sor Lucía Domingo, dominica, Sor Margarita, y Sor Lourdes Hernández (LD, págs. 215-235).

Y en cuanto a las homilías en este período, destaco, entre otras, las siguientes: Oración fúnebre al soldado, en julio de 1939, el primero de los caídos de Bello, de cuyo acto fui testigo (LD, págs. 336-337); la vibrante "Virgen del Pilar", de 12-12-1936 (en resumen, LD, págs. 337-341. Su texto íntegro se publicó en "El Pilar", octubre de 1992); el de Santa Orosia, patrona de Las Cuerlas, 1940 (LD, págs. 341- 343); San Bartolomé (LD, págs. 344- 350, en la parroquia de Odón, 1938); y el de Santiago, patrón de España, 1936 (LD, págs. 350- 354).

Otras homilías inéditas, no incorporadas al LD, son, entre otras, las siguientes: Domingo de la Santísima Trinidad, en el santuario de Bello; Primera Comunión, Día de la Ascensión; Bendición de una bandera, Bello 1936-37; Oración sagrada, en la capilla de los Sagrados Corporales de 21-1-1930; Toma de hábito, en la MM. Dominicas de Daroca, 1940; Profesión solemne en las mismas; Domingo de la Santísima Trinidad, aunque su redacción data de 1929; Cruzados de la Eucarística; Plática de Jueves Eucarísticos 1935-40; San Fabián y San Sebastián, 1939; Natividad de la Virgen María, 1935;Inmaculada, en Esclavas de Daroca, 1941; Nuestra Señora de los Dolores, 1945; la Asunción, 1942; a la Madre de Dios, texto incompleto, sin fecha; Primera Misa de San Luis Gonzaga, texto parcial; San Sebastián, parcial, 1935; Bienvenida, en julio de 1936, en Bello, a los voluntarios para ir al frente.

Como vocaciones en Bello, confirmó la de Amparo Hernández, para Santa Ana, además de Dolores Serraller y Patro Aramburu, y como dominicas de Daroca, entre otras, Lucía Rodrigo y Gloría Vicente, y dominicas, ya fallecidas las tres.

Un concurso de curatos le llevó a Huesa del Común. Había firmado "a voluntad de un prelado". Una "mano" oriunda de Huesa, le llevó a este municipio turolense, en 1943.

4.2. Parroquias de Huesa del Común y de Plou

Le fue difícil despedirse de Bello a mosén Jesús. La llegada a Huesa del Común fue animada en nombre de la Acción Católica, por Apolonia Burillo, en una carta, que nos hace recordar aquellas voces frecuentes de "Ha llegado el Sr. cura de Bello" (LD, pág. 130), pues se tornan en "Bendito el que viene en nombre del Señor'' (LD, pág. 257). (Mi etapa final de Bachillerato la compartí en las vacaciones, en ese municipio, sin luz, teléfono, agua. Nosotros hicimos gestiones para superarlas años más tarde, y de ahí e título de "Hijo adoptivo de Huesa del Común"). Pueblo víctima de la Guerra Civil, en dos momentos contradictorios. Con las huellas y destrozos familiares consiguientes, mosén Jesús llevó el espíritu de pacificación y reconciliación del que ya en Bello había hecho gala :

"Sin descanso, con todos, muy amante de la Eucaristía, excursiones a los pueblos medio abandonados para visitar los sagrarios, reparación de blasfemias...la casa parroquial con la Virgen del Pilar...confesionario...insistencia en la comunión diaria...no le importa darla de madrugada si se iba a trabajar...".

La parroquia aneja de Plou distaba varios kilómetros, carretera de tierra, con un doble puerto. Ya se le hacía costoso el desplazamiento. El veterinario le ofreció su moto, pero sólo lo hizo una vez.

Semejante entrega a su anterior parroquia de Bello, con mayor sacrificio material.

Su madre, María, no se rendía, pese a sus años, y ante la gran cuesta para llegar a la iglesia. La operación de la vista en Barcelona empezó a mermar su salud. Nada de todo esto le turbaba. En Huesa y Plou, tuvo varias vocaciones de dominicas para el convento de Daroca, así como de cuatro sacerdotes . Adolfo Yus fue uno de sus monaguillos, hijo del carpintero, al que donó su bicicleta "famosa". Otro monaguillo fue Gil Plou (V. sus testimonios de 2008). gualmente de esta época viene el conocimiento de Pascual Martínez Calvo, Catedrático y sacerdote, seminarista de Segura, cercano a Huesa, cuando (LD, págs. 210-211) -dice--:

"volábamos a recibir su consejo y entusiasmo. Ejemplar apóstol, carismático, formación vocacional de aquellos años, confesarse con él, hablar era una delicia...su celo y entusiasmo llenaban la iglesia. Religiosos, misioneros y seminaristas hallaron en él su espaldarazo...Por decenas se cuentan los que a su llamada volaron al seminario...respiraba santidad...".

Su testimonio de 2009 respira un gran conocimiento y es de profunda espiritualidad para su valoración de virtudes e identidad del sacerdocio de mosén con laIglesia.

En verdad, era una floración que se hacía más difícil en Huesa y Plou, pero que se hizo muy natural, con la ayuda de Dios, pues, "su fe y unción conmovía a todos" . (Sor Rosa, Sor Asunción, Sor Natividad y Sor María Pilar, dominicas de Daroca). Más solidario, si ca be, con las familias. Con los mayores -a algunos enfermos- después de visitarlos, solía dejar debajo de la almohada algún donativo.

Sigue preparando y redactando a mano sus homilías: San Miguel, el patrono (LD, pág. 360, 1943-45), Primera Comunión (LD, págs. 366- 368, 1943), Toma de hábito (LD, págs. 360-366), tres dominicas en Daroca (LD, págs. 369-374). Entre las inéditas: Sagrado Corazón (Huesa-Plou, 1945), o Carta a una religiosa (Huesa).

El día 20 de junio de 1945 falleció su "santa madre" (LD, pág. 54). Honda pena. Etapa en que la sobrina Madre Fe, que le acompañaba entonces, decide su vocación religiosa para escolapia (LD, págs. 232- 233). En todos estos años, hacía ejercicios espirituales en la "Quinta Julieta", de Zaragoza. En los veranos, va a hacerlos a la Cartuja de Aula Dei o de la Oliva (Navarra). Con el abad de este ultimo monasterio, Mariano Crespo, vocación de la Acción Católica de Zaragoza, tuvo entrañable amistad y relación espirtua l (LD, pág. 205).

3.- EL TORRENTE ESPIRITUAL Y APOSTOLICO. PARROQUIAS DE LUESMA (ZARAGOZA) Y TORRE DE ARCAS (TERUEL)

3.1 Luesma

Con todo aquel avituallamiento copioso de su formación en el Seminario, y estimulado el ambiente eclesial de sacerdotes buenos y santos -ya citados— y los consejos de familiares y amigos, mosén Jesús, a sus 23 años, con vestimenta sacerdotal y teja, toma posesión de Luesma, como regente de la Parroquia, con la ilusión apasionada de un novel. (En la única fotografía que tenemos de Luesma, le veremos pletórico de juventud, ya entre catequistas y niños).

Allí las gentes le llamaban "Juan el apóstol". Es un pequeño pueblo, sin luz -cuando llega con su madre--, sin teléfono. Incomunicado. (Anécdota: para ir de Luesma a un punto que comunicase con la comarca de Villar de los Navarros o Daroca --en las que ya había autobús a Zaragoza o Teruel--, había de ir andando o en burro. Por cierto, que siendo nosotros niño, me llevaron de Luesma a Villar en una burra. Desde entonces, al enfriarse el ojo izquierdo, se quedó en "ojo vago").

¿Qué hace mosén Jesús en un pueblecito, con sus buenas gentes, no cultas, dedicadas al carbón de leña, y pequeños huertos, sin agua corriente, de vida difícil?. Entregarse de alma y cuerpo a predicar la palabra de Dios. Comunicador, animador, catequesis, monaguillos, misas funeral, visita a enfermos, confesionario, entrega a los pobres, embebido en los problemas de las familias (LD, págs. 269-275). Sus pláticas escritas, bien preparadas, muestran el ardor, la viveza y la persuasión. (Como si fueran para una Basílica). Levantando el espíritu de jóvenes y niños. Cuando se inagura, por fin, la luz eléctrica (LD, pág. 277), en la fiesta del árbol (LD, pág. 279), cuando se inagura el primer centro rural de Acción Católica, en Aragón, con el que luego sería Rector de la Universidad de Zaragoza, don Miguel Sancho Izquierdo (LD, págs. 281-285), la predicación para la primera Misa en Villar de los Navarros de mosén Cristino Felices (LD, págs. 285-295), "Misterio e identidad del sacerdote y ejército de la Iglesia", que es una reflexión muy profunda, especialmente dada su juventud en el sacerdocio.

De esa etapa de Luesma, aunque por su extensión y número, no se incorporaron al LD, están los sermones para San Blas, 3 de febrero de 1928; para el Sagrado Corazón de Jesús, 1929, y cuya entronización en las casas difunde; San Vicente Mártir; los árboles. Escritas y preparadas con citas de la Biblia, del Evangelio, de autores sagrados, representan una culturización evangelizadora, o una evangelización cultural, además de eclesiástica. Cuando ya en 1992, fuimos nosotros, con mi esposa, a Luesma, apenas quedaban una docena de familias. Mayores de 80 años. Aun latía en sus ojos y recuerdos, las huellas de mosén Jesús, su "Juan apóstol". Allí recibió la primera amenaza de muerte. Que le llevó a arreciar su apostolado con los más jóvenes. Y de aquel centro rural de AC pudo salir un buen plantel de seminaristas. La Guerra Civil de 1936 les llevó al frente casi todos. Algunos murieron. Especialmente en el cercano Belchite. Varios, en el Ejército, encontraron otro camino, hasta llegar a Oficiales. El "premio" lo recibió mosén Jesús, entonces, cuando se hizo la presentación del Centro en Zaragoza, saludando a don José María Gil Robles, dirigente católico nacional. Su etapa sacerdotal de Luesma, fue, pues, el inicio de torrente espiritual. Así, pudo llevar su "cruz con garbo", como aconsejaría la tía capuchina Sor Micaela. Y ponerse a prueba, de nuevo, ante un más difícil escenario, y en la etapa que se inicia en la España de 1930-31.

3.2. Torre de Arcas

Era la parroquia de San Bernardo, en Torre de Arcas, pueblo situado a las puertas del Maestrazgo, cerca de Monroyo: en el concurso de curatos de 1929, que mosén Jesús firmaba, siempre "a voluntad del Sr. Obispo", allí fue destinado. Tomó posesión el 17 de diciembre de 1930. Se hablaba el "chapurreado", habla cercana al catalán. Unas escuetas líneas en su manuscrita autobiografía lo dice todo. Se estaba al final de la Monarquía, y primeros años de la II República que, en aquel pequeño pueblo --"un enclave catalán"--, se asentó con fuerza (LD, pág. 52): "disgustos, inquietudes, apedreado por los niños (mí grupo predilecto), tiroteado por los mozos, amenazas de muerte, etc.., De aquella Casa... parroquial, inolvidable, hicimos, mi Santa Madre y yo nuestra "Tebaida"...Hacia el Cielo...La Providencia velaba por nosotros y mientras varios de los compañeros de aquella comarca eran fusilados".

De esta etapa es cuando compró una bicicleta. Recorrió con ella no pocos de los pueblos próximos para predicar en sus fiestas, y comunicarse con los párrocos, en aquellos momentos abiertamente contrarios a Dios y a la Iglesia Católica: Monroyo, Aguaviva, Mas de las Matas, Valdegorfa, etc.. Por caminos -algunos-- de carro. Unas veces, sólo; otras, con don Jesús Parache, que -muy amenazado—había de llevar arma, lo que mosén Jesús no lo hizo. (Mi hermana Socorrito López Medel les acompañaba algunos meses). Supresión de procesiones, o de actos de culto. Los peligros de la catequesis, hasta inducir a los niños a apedrearle. Seguía con su vida pastoral: levantarse a las seis de la mañana, casi como vigía del pueblo. Rezar. Luego al sagrario. Confesión. La Iglesia, abierta. Desafiando amenazas de incendio. Avisos a la Guardia Civil, lo que servía para animar más a los agitadores. Seguía dando la Santa Unción a los enfermos, sin ceremonias y sin campanillas, ni velas.

Su madre, María, con su gran carácter, le ayudaba a hacer frente a la persecución. Personas buenas de confianza vigilaban la casa parroquial. Con frecuencia, sin saberlo él. Hubo, durante la Guerra Civil, bastantes fusilamientos (V. la obra de Juan Gasca, "El Seminario de Belchite", Zaragoza, con relación de los sacerdotes diocesanos mártires de esa zona). Buscarían a mosén Jesús -según nos confirmó en 1992 en una visita a Torre de Arcas, el herrero que le arreglaba la bicicleta. Nos dijo que los milicianos, en 1936, preguntaron dónde se encontraba, para fusilarlo, como se había hecho con los párrocos vecinos. (V. en "Documentos", carta de don Gabriel Molinos, el herrero, escrita en 1995, sobre la buena semilla de mosén Jesús).

El cambio de destino, a fines de 1934, le salvó, sin duda, de la muerte. Aunque para él hubiera sido una respuesta heroica como a de todos de aquella zona, algunos de ellos ya beatos (V. LD, págs. 61 y 109). En definitiva, por su juventud, y por su sentido natural de persuasión, fue un verdadero comunicador.

Con don Andrés Estrada, sacerdote, sobreviviente de aquellos fusilamientos, y al que conocería como párroco de Muniesa (Teruel), tuvo una gran compenetración, en sus experiencias, espiritual y apostólica (más adelante, sería párroco de Daroca, canónigo y Rector del Seminario de Teruel). No para revivir heridas, como para la reconciliación, por la puesta a punto de la evangelización (LD pás. 70-75). En esa etapa de "Tebaida", como él mismo escribió, no se atemorizó. Y en algunos momentos, parecía anidarse en mosén Jesús la idea del martirio. Ejerció con dignidad su ministerio, con su sotana, y teja, y su labor en el confesionario, su dirección espiritual. Con la que luego sería religiosa de Santa Ana, Hna. Amparo Hernández, cuyo padre fuera fusilado por los republicanos, aparecería su primera vocación de religiosa de Santa Ana, destinada durante largos en el Sanatorio de Nuestra Señora del Rosario. Para el acto del "Club Calibo", dejó un mensaje sobre sus virtudes del que fue "un santo sacerdote". (Los nombres de los sacerdotes mártires del Grupo de Valdegorfa, los tenía en su breviario, y su oración por ellos, lo siguió hasta el final de sus días).

Pese a la hostilidad hacia la Iglesia, se fue ganando a los niños, a las jóvenes y familias, en Torre de Arcas (LD, págs. 301 y ss.). Al estallar la Guerra Civil, también fueron mártires o valientes. Merece la pena resaltar algunos hechos: asaltada y quemada la Iglesia y profanado el sagrario, hubo quien pudo salvar algunas formas consagradas yacentes en el suelo. Las ocultaron durante tres años en una de las casas, acontecimiento que se narró en "Granito de arena", 20-4- 1942, "Sagradas formas incorruptas". La ermita de San Bernardo quedó con fusilamiento de imágenes, y tiros a sepulturas. "Mosén Juan" le llamaban también los fieles. El, antes de la persecución, entronizó el corazón en no pocos hogares (V. la homilía, LD, págs. 303-306, sobre el Corazón de Jesús, vibrante y llena de ardor religioso). Hay otras homilías de esa etapa : sobre "Profanación de días festivos", bien preparada, pues incluso se refiere a los "falsos economistas". De 1932, data el sermón sobre "La transfiguración del Señor". Al releerlo, asombra, por su profundidad y claridad: "Persiguen al mismo Jesucristo ....EI católico debía acercarse a todos como su maestro: "qui ex vobis arguet me de percato". De esa época también hay otras homilías inéditas, redactadas para determinadas festividades, como San José, Todos los Santos, San Antonio Abad, la Ascensión, Primera Comunión, Navidad,Inmaculada Concepción, o Plática de Bodas.

En ese arsenal de homilías, podrían descubrirse los destellos de su santidad, en grado extraordinario. No le gustaba hablar mal de nadie. Procuraba hacer el bien o rezar frente al desagravio o la ofensa. Pocos momento más propios de esta etapa para que, dentro del "torrente", se aferrase a la fe, la esperanza y el amor.

Pese a tantas dificultades, visitaba las parroquias próximas. Hacía de corresponsal de "El Noticiero", reflejando las fiestas religiosas. A veces se escapaba a Zaragoza, para encontrar en la Virgen del Pilar su fortaleza y templaza. No podían pensar que más adelante, siendo Beneficiado del Pilar, y por confesar frente a la santa piedra, le llamarían el privilegiado "mendigo" de la Virgen).

También tuvo otros alientos. Uno procedía de don Juan Buj, destacado canónigo del Pilar. (A mí me regalaría los recordatorios de Primera Comunión, con un texto precioso, cosecha ya suya). El canónigo publicaba por su cuenta "El Eco de la Cruz", y "Jueves Eucarísticos", y a mosén Jesús le obsequiaba con libros religiosos, y varios tomos de "La hormiga de oro". Cercano a la casa de don Juan Buj estaban las Religiosas Angélicas, con su fundadora, hoy santa Madre Genoveva, a las que veía con frecuencia, por residir, desde los primeros años de la fundación, una señora familiar de mi madre Patrocinio. Con dichas religiosas, siempre tuvo muy buena relación.

En algún desplazamiento a Daroca, con su madre, que era esclava Mayor de laInmaculada, dirigía alguna plática. Y de ese año (21-6- 1932) es el sermón -inédito- de "primera misa", en Zaragoza, a don David Navarro, con el que tendría una larga amistad y compenetración, en su etapa de párroco de Manchones y de Daroca, y a cuyas tías, y sus hermanas dirigía espiritua lmente.

2.- SEMILLA: INICIACION EN LA VOCACION SACERDOTAL

Nacido en Daroca (Zaragoza), el día 17 de diciembre de 1904 (V. partida de bautismo, LD, pág. 18) y "notas manuscritas autobiográficas" (LD, págs. 50-55). Hijo de María y Lorenzo -"cristianos viejos"--. La madre -"queridísima", muy piadosa, de gran carácter, sacrificada y valiente, activa en los pueblos y difusora de "María de los Sagrarios". Fue ella un persona clave, por su oración y firmeza, para entender toda la trayectoria vocacional de mosén Jesús López Bello. Monaguillo en el Monasterio de Nuestra Señora del Rosario, de las MM. Dominicas, de Daroca -más adelante, como toda su familia, terciario dominico. Alumno del Colegio de Santa Ana, en la ciudad de los Sagrados Corporales.

En el Colegio de los PP. Escolapios, también de Daroca, estudia Latín y Humanidades, preparado por el escolapio P. Felipe Navío, el coadjutor, don Julián Cabeza, y don Andrés Vicente, Ecónomo, que sería su director espiritual, después del Seminario Diocesano. Fue la manera de no ingresar en el de Belchite. En 1918, pasó al Seminario de San Francisco de Paula, con beca. Su protector, el propio rector, don Manuel María Adán, un sacerdote que habría de tener una influencia en la espiritualidad de muchas religiosas y religiosos, y concretamente, en la de la hoy Venerable Sor Teresita del Niño Jesús Pérez Iriarte, O.P. (V. la obra "Vivir con amor en la verdad. Sor Teresita del Niño Jesús, una dominica de nuestro tiempo", Zaragoza, 1987, págs. 61-63). Asimismo, el P. Adán, que había sido en Daroca director espiritual de su madre, María, y de seminarista le ayudaba en las misas. Posteriormente, fue párroco del Pilar, de Zaragoza.

Mosén Jesús López Bello estuvo inicialmente al servicio de los mayordomos del Seminario de San Carlos. Escogido como "paje doméstico" del Director del mismo -el obispo Auxiliar del Cardenal Soldevila--, monseñor Díaz y de Gómara. Unos cuatro años, compartiendo sus tareas con el que era su "paje administrativo", luego San Josémaría Escrivá de Balaguer (LD, págs. 389-393, Carta de postulación de 19-11-1975, en la que mosén Jesús argumenta que "soy uno de los que más le quisieron en el Seminario"). En el proceso de beatificación, declararía durante unos quince días. Antes de hacerlo, se retiró unos días a la cartuja. (Su largo testimonio está en la Positio de la causa, y recogido, de forma resumida, en la biografía extensa de Monseñor Escrivá, realizada por Vázquez de Figueroa).

Tuvo, pues, que alternar, estudio con trabajo. La firmeza de su vocación partió de las enseñanzas en los Colegios de Santa Ana y de PP. Escolapios, de Daroca, como ya se ha señalado. Su madre se desplazó a Zaragoza, trabajando en casa de la familia Pardo. Para estar más cerca y cuidarle. En esta etapa de formación sacerdotal -hasta 1927— coincidió con una compleja actividad política. Le quedará, en sus recuerdos, el asesinato del Cardenal Soldevila, por parte de los anarquistas (V. Fernández García, "El Seminario de Zaragoza. Siglo XX", Zaragoza, 2001, págs. 51-52). Guardó siempre un recuerdo entrañable hacia los compañeros de curso cuya lista solía tener en los breviarios para rezar por ellos, algunos ya mártires o beatos en la Cruzada (LD, págs. 108-110; v. la obra colectiva "Testigos de nuestra fe. La persecución religiosa en la Arquidiócesis de Zaragoza (1936-1939)", coordinada por Isidoro Miguel García, Zaragoza, 2008). El análisis de historiador de la diócesis don Tomás Domingo (LD, págs. 111-123), sobre la Zaragoza eclesiástica de los años 20 y su testimonio del año 2008, nos permiten conocer las calificaciones de "ejemplar", carácter dócil, vocación indudable. Nota media de "meritissimus" Sobresaliente en Teología, Pastoral, Catequesis y Liturgia.

Mosén Jesús se ordenó sacerdote el día 2 de octubre de 1927. Su primera Misa en la Basílica de los Sagrados Corporales, de Daroca. Padrinos, don Andrés Vicente, ya director espiritual del Seminario, y el párroco, don Mariano Moragrega. Los de honor, don Leoncio Pardo (cabeza de familia en la casa en que trabajó su madre) y Manuela Pérez, de Madrid.

Hay un fermento caudaloso, añadido, de esta semilla sacerdotal, hasta su primera parroquia de Luesma (Zaragoza). Lo aportan personas y sacerdotes que habían seguido con interés su formación en el Seminario.

Es amigo de lecturas, de libros y tiene buena pluma. Escribe, siendo seminarista, en "Nuestro Apostolado", cuando era dirigido por su condiscípulo y filósofo don Manuel Mindán. A las puertas de su primer destino parroquial, le llegan los mensajes para sus iniciales pasos que mosén Jesús va a hacer suyos en toda su vida sacerdotal que duraría 63 años: "Llevar la cruz con garbo" (LD, pág. 63) es el que envía la religiosa capuchina, Micaela Rodrigo, hermana de la tía Juana, que le cuidaría al fallecer su madre en 1945. La dice, en carta de 2-10¬1927: "a trabajar de macizo", "obediente y fervoroso, siempre de frente en la luz", le escribe el capellán de las MM. Dominicas, don Vicente Sánchez, del que heredarán una parte de su biblioteca. Don Andrés Vicente le había preanunciado "dominus hereditatis mea...". "Despreciar todo lo que no sea El". Don Francisco Izquierdo Trol, canónigo, le dice: "debes formular serios propósitos de servir a Dios con toda fidelidad..."(5-12-1927). La del obispo auxiliar Díaz y Gómara, ya Obispo de Soria: "...nuestro deseo de que seas un santo sacerdote" (7-12-2927). Don Ramón Esparza, párroco de Cizur la Mayor, que influirá en la vocación de la Venerable M. Teresita del Niño Jesús, le enviaría una felicitación muy entrañable y espiritual (LD, pág. 65).

Recibió mosén Jesús un mensaje especial del P. Federico Inieva, escolapio, que ya estaba en la curia de la Escuela Pía en Roma, y que nosotros hemos sintetizado por tres palabras: "humilde, biblioteca, el crucifijo". Le da consejos, verdaderamente sublimes y a la vez prácticos:

"Estampa en todas tus obras el sello de la santidad, siendo humilde...aléjate de lo que pueda disiparte y robar el fruto de la piedad... conserva en amor al estudio... el sacerdocio ha de ser vigilante de su heredad...Han de formar tu biblioteca libros escogidos, adecuados a las funciones y cargos que desempeñes. A la cabeza... la Biblia...Prudencia: enseña con autoridad,reprende con dulzura. Catequesis con los niños, renovación de los padres y de la parroquia... No desmayes, eras un agente de la Providencia...Continúa tu labor, no desmayes. El recuerdo de San Pablo te alentará. Tu juventud no desvirtuará la sublimidad de tu doctrina... Que se cuide tu madre -había su director espiritual--, querido Jesús". (LD, págs. 63-70). No lo olvidaría jamás.

Los textos íntegros de aquellas citas nos podrían dar una muestra de su cumplimiento. En algunos momentos posteriores, en grado heroico. Siempre, como respuesta a la llamada de Cristo, y servicio a la Iglesia y a las almas.

1.- EL LIBRO-DOCUMENTO. TESTIMONIOS ACTUALIZADOS Y OTROS NUEVOS

En esta petición, que a mí mismo me sobrecoge, transcurridos ya 18 años de su fallecimiento, desearíamos tener, en lo religioso, el verbo de un Santo Domingo de Guzmán, y en lo cultural, a un Eugenio D 'Ors, para poder sintetizar "en quinientas palabras, y en quince minutos" --como nosotros escuchamos al segundo--, todo lo que ha sido su trayectoria sacerdotal, "su seguimiento y sentimiento a Cristo" (Juan Pablo II); sus virtudes ejercitadas con naturalidad, sencillez, disponibilidad, que en su conjunto marcan o se acercan a lo extraordinario, como se sintetizan en los siguientes documentos:

Primero, en el manuscrito espiritual (V. la obra "La generación sacerdotal aragonesa del 27. Mosén Jesús López Bello", que en adelante llamaremos Libro-Documento, editado por "Sociedad de Educación Atenas", de los Operarios Diocesanos, Madrid, 1994, 438 páginas. (Se acompañan dos ejemplares de aquel Libro-Documento, el que en adelante, llamaremos LD).

Segundo: Datos relevantes que vienen a resumir el contenido del mencionado LD, a la vez que facilitan acercarnos al carisma pastoral y virtudes de mosén Jesús.

Tercero: Testimonios actualizados de adhesión a esta petición, de sacerdotes, religiosas o seglares. Parte de los cuales participaron en el acto celebrado en el Club Cultural "Calibo", de Zaragoza, en clavado en la parroquia de San Miguel, al año siguiente de su fallecimiento, 1991. Dichos testimonios, que ahora se ratifican o se actualizan, son, entre otros, los de don Jesús Aladrén, don Vicente del Val, don Tomás Domingo (LD, págs., 133-137; 125-132 y 111¬123, respectivamente). También, los de la familia Calvo Sanz (LD, págs. 246-247), doña Carmen Campos (LD, págs. 243-245), doña María Luisa Cenamor (LD, págs. 251-252), don Máximo Vicente (LD, pág. 255), doña Conchita Garrido (LD, pág. 255-257), don Pascual Martínez Calvo, sacerdote y catedrático (LD, págs. 193-211), o Sor Lourdes Buil (LD, págs. 155-156), que amplían todos ellos los incorporados al LD.

Hay otros, como el del Catedrático don Juan José Sanz Jarque, propagandista de la AC, y de sacerdotes, entre otros, don Gil Plou, don Adolfo Yus, don Julio Millán, monaguillos en Huesa del Común (Teruel). De todos y de cada uno de ellos, merecería una serena reflexión. Se acompañan dejando para mayor gloria de Dios, lo que vaya resultando de nuestra petición.

Subrayaríamos una serie de aspectos, que entremezclan vida y virtudes, en la entrega total a Cristo y a su Iglesia, por parte de mosén Jesús: sencillez, naturalidad, bondad, alegría interior, etc., que rezuman en el LD y en los diversos testimonios. Nosotros, como familiar suyo, lo pudimos claramente percibir, como un privilegio del Señor, directamente, en los momentos diversos de su vida, y de la nuestra. Procuré ser un reflejo, o hechura suya. Recibí siempre su oración, su ejemplaridad y su consejo. También con la naturalidad y afabilidad que siempre trató con todas las almas y fieles, cercanos a él.

Inicio proceso de beatificación Mosen Jesús López Bello

JESUS LOPEZ MEDEL, mayor de edad, con DNI número XXXXXXX, Consejero Togado del Aire (R.), Profesor Universitario, Vicepresidente de la Sección de Derecho de la Real Academia de Doctores de España, con domicilio en Madrid, calle de Cea Bermúdez, XX (teléfonos XXXXXXXXX y XXXXXXXXX), en el cual, a su vez, lo tiene, de forma provisional, la "Fundación López Medel" (en constitución o en formación), de la soy Presidente del Patronato, con los vocales patronos, mi esposa doña Ana María Báscones Alonso, y mis hijos Ana María, Jesús María, Miguel Angel, Mánuel-Eugenio y María de los Angeles López-Medel Báscones.

Presto testimonio de los años que viví, traté y conocí al sacerdote aragonés, mosén JESUS LOPEZ BELLO, hermano de mi padre Manuel, con el propósito de que pudiera servir, como Actor, Promotor de su Proceso de Beatificación y Canonización, si es para gloria de Dios y edificación del pueblo cristiano. Su carisma y su formación religiosa estuvieron siempre orientadas a la santidad de las almas, ser sacerdote-sacerdote, hechura de Cristo, la catequesis, el confesionario, la dirección espiritual, y la proyección vocacional. A todo lo cual, sin interrupción alguna, se dedicó y empleó --en algunos momentos con heroísmo--, siempre con entrega y sacrificio a los demás, según las distintas fases del tiempo que le tocó vivir. Desde 1927, año en que cantó su primera misa, hasta 1990, en que falleció en el Hospital Miguel Servet, de Zaragoza, víctima de un derrame cerebral, a las cinco de la tarde, el día 12 de abril de 1990, Jueves Santo sacerdotal.

INDICE:

1.- El Libro-Documento. Testimonios actualizados y otros nuevos.

2.- Semilla: iniciación en la vocación sacerdotal.

3.- El torrente espiritual apostólico. Parroquias de Luesma (Zaragoza) y Torre de Arcas (Teruel). 3.1 Luesma. 3.2 Torre de Arcas (Teruel).

4.- El embalse espiritual y sacerdotal: Bello (Teruel)-Las Cuerlas (Zaragoza) y Huesa del Común (Teruel).

4.1. Parroquia de Bello.

4.2. Parroquias de Huesa del Común y de Plou.

5.- Remanso espiritual y dirección espiritual.

5.1. Coadjudtor de la Parroquia de San Miguel de los Navarros (Zaragoza).

5.2 El centro aragonés de Acción Católica Femenina.

5.3 Las "escolanas" del Colegio de Santa Ana.

5.4 Atenciones pastorales a las familias.

5.5. La Cartuja de Aula Dei.

6.- Paréntesis temporal en Madrid. 6.1 Parroquia de San Ginés.

6.2 Parroquia de San Sebastián.

7. Beneficiado en la Basílica del Pilar, 1974, hasta su fallecimiento en 1990.-

martes, 10 de marzo de 2015


Mosén Jesús López Bello
La generación sacerdotal aragonesa del 27

Monseñor D. Elias Yanes, Arzobispo emérito de Zaragoza, en la homilia que predicó en la Basílica del Pilar el 18/04/1990, en las exequias de D. Jesúsd López Bello, lo definio como "una persona sencilla y humilde, discreta, delicada, sumamente respetuosa que, sin hacer ruido, trataba de hacer el bien, con toda su capacidad, con toda su dedicación". Realzaba su habilidad para fomentar y conducir vocaciones al Seminario y a la vida religiosa.

Siempre "a disposición del Obispo". Siempre sacerdote-sacerdote. Comunicador de vivencias espirituales." Así habla del "tío Jesús" el autor, D. Jesús López Medel, en este libro-documento. No es una biografía al uso. Semejo un caleidos¬copio en el que las semblanzas sobre su figura, presentadas por diversas personas, no se yuxta¬ponen sino que se engloban para, en coloridas facetas, tallar un prototipo de sacerdote-sacer¬dote que no termina en él; podemos nominado en otros conocidos nuestros.

D. Jesús López Medel, jurista y educador, Premio Nacional de Literatura, consigue desaparecer y hacer hablar a "los otros"; ¡hasta al mismo Mosén Jesús!, a través de sus escritos... Crea un ambiente local; nos parece caminar por las fotografías recuperando lugares y épocas. Y consigue —lo que 'no es poco- adentrarse en un alma sacerdotal, contemplativa, pobre, austera y cordial.

Entre las páginas más bellas del libro están las de la homilía del 5-10¬-1928 (pp. 285 a 295), en una primera Misa. Debe¬rían publicarse en hojas sueltas y llegar a todos los ámbitos sacerdotales de la Iglesia. Difícilmente se podrá decir más y mejor lo que es la esencia del sacerdote.